Una de las preguntas más frecuentes en torno a este excelente anime es sobre el responsable de hacerle la icónica cicatriz al protagonista de Kenshin, el guerrero samurái. En un principio pudiera existir mucha especulación, si tomamos el contexto de la serie en el que las batallas brutales y los enfrentamientos ideológicos son un pilar importante de la trama. Es común pensar en que algún poderoso rival haya golpeado a Kenshin en algún momento, dejándole este recuerdo palpable y profundo, sin embargo, la respuesta no es tan simple como esto.

La distinguida cicatriz en forma de cruz del espadachín Kenshin Himura es mucho más que un simple rasgo físico, es un recordatorio del oscuro pasado, de las grandes luchas, el rencor, las complejas decisiones y del tumultuoso camino que ha recorrido este personaje. Este símbolo tangible de todos los horrores que tuvo que enfrentar en su juventud es también la forma de recordarle que alguna vez amó y fue amado genuinamente. Entonces la interrogante sigue vigente, ¿Quién es el responsable de haberle hecho la herida en forma de cruz a Kenshin Himura? Lo sorprendente es que no se trata de un solo responsable, sino de dos.

El cambio de una era

Cicatriz De Kenshin

Para entender correctamente de dónde proviene la icónica herida del “Hitokiri Battousai”, es necesario regresar en el tiempo, a su pasado cuando era un asesino peleando por la gran revolución, a finales de la era Bakumatsu. Durante este periodo, el conflicto transcurre en un contexto situado en el periodo del Bakufu, alrededor del año 1864, en el que las batallas se daban entre adeptos al gobierno del shogunato y los abolicionistas patriotas.

La gran crisis política en esta era del antiguo Japón se mezcla con los contextos personales de quienes protagonizaron las distintas batallas en los territorios de Tokio y Kyoto. El ocaso del feudalismo y la carnicería imperialista de mediados del siglo XIX, un joven Kenshin Himura se enfrenta con líderes y personajes clave en distintas misiones, con tal de debilitar a la oposición. Es durante una de estas misiones que se enfrenta a Akira Kyosato, miembro del grupo Ginseng y prometido de Tomoe Yukishiro.

La primera herida

Como se ha mencionado anteriormente en otras entradas del blog, Kyosato estaba comprometido con Tomoe Yukishiro, pero nunca lograron casarse debido al enfrentamiento que este tuvo con Kenshin Himura. Con gran habilidad, el Hitokiri hirió de gravedad a Kyosato, pero su gran voluntad de seguir viviendo lo mantuvo aún con vida, aunque agonizante. En ese momento es cuando, en un último ataque desesperado, Kyosato logra lastimar el rostro de Kenshin provocando una herida en la mejilla izquierda. Según cuenta una antigua leyenda japonesa, “una cicatriz hecha con odio, nunca sana completamente” por lo que esta primera herida nunca le dejó de sangrar.

La segunda herida

La prometida de Kyosato, llamada Tomoe Yukishiro quedó devastada tras la noticia de la muerte de su futuro esposo, pero no supo quién fue el asesino hasta algunas semanas después. Tomoe sirve como agente infiltrada para conseguir información sobre Kenshin Himura, quien la había encontrado borracha en la calle mientras presenció uno de sus asesinatos, por lo que decide llevarla al refugio de los revolucionarios. Aquí, en lugar de asesinarla, decide huir con ella mientras se calman las cosas. Además, para desviar la atención de la oposición, se hacen pasar por una pareja recién casada que trabaja en los campos alrededor de la ciudad.

El jefe de los bandidos, quién había contratado a Tomoe para que averiguara la debilidad del Hitokiri Battousai, se dio cuenta que se había enamorado de ella, por lo que decide secuestrarla sabiendo que Kenshin iría en su rescate. Unas noches antes, Tomoe le había confesado todo a Kenshin, quién quedó consternado y sorprendido, pero aún así no dudó en ir al rescate de su amada, enfrentando algunos ninjas que lo dejaron muy mal herido antes de encontrar la cabaña donde se encontraba el jefe de los bandidos.

En un sangriento combate en donde Kenshin tenía clara desventaja, un intercambio de ataques hace que Tomoe interfiera con tal de defender a Kenshin, como una especie de sacrificio de amor. Kenshin no pudo evitar frenar el ataque por lo que impacta tanto a su enemigo como a Tomoe, quién agonizando en los brazos del Hitokiri, saca el cuchillo que guardaba para matarlo a él, pero que nunca pudo usarlo ya que se había enamorado genuinamente. Es así como le hace la segunda herida justo encima de la primera en su mejilla izquierda, dando la famosa forma de cruz y “sellando” de alguna forma la maldición que contenía, para que pudiera cicatrizar y no sangrar nunca más.

El eterno recuerdo de un pasado oscuro

Juguete De Kenshin

Después de tantas decisiones difíciles en la vida del protagonista, es imposible no preguntarse si las cosas hubiesen sido distintas. Sin embargo, la evidente cicatriz en el rostro de Kenshin Himura no es solo una herida de guerra, es un recordatorio de todas las vidas que tomó y todos los planes que arruinó en el proceso de luchar por sus ideales. Con semejante peso sobre sus hombros, también es la motivación para buscar la redención y la protección de los más débiles en la nueva era Meiji, recordando que pudo ser amado alguna vez, de manera genuina.

La simbólica carga emocional que representa esta cruz en su mejilla izquierda es la misma que lo ha mantenido fiel a su promesa de no volver a matar, utilizando su espada sin filo para proteger, algo que seguramente era el deseo de su musa Tomoe Yukishiro. Además, esta cicatriz es la prueba que nadie, por muy hábil o bueno que sea, puede escapar del pasado ni de las consecuencias de su actuar. La diferencia radica en lo que se decide para no quedarse atrapado en ese círculo de violencia sin sentido en el que estuvo a punto de caer el legendario “Hitokiri Battousai”.

La promesa de un mejor futuro

Uno de los pilares en el arco narrativo de Kenshin Himura es el objetivo que tiene delante, desde que decide alejarse de la violencia y recorrer el antiguo Japón como un vagabundo, ayudando a quien lo necesite. Este deseo por redención y por expiar sus culpas lo lleva a portar con orgullo sus cicatrices, demostrando que sí es posible vivir una vida pacífica aun cuando se haya sido un mortal espadachín en algún punto.

Sin duda la cicatriz en forma de cruz en la mejilla izquierda de Kenshin Himura no es solo una marca física, es más bien una marca emocional que lo persigue a lo largo de toda la serie. Uno de los símbolos de lucha interna más poderosos que demuestran el poder de voluntad para alejarse del mismo infierno personal, con la promesa de que el mañana también puede traer vientos de cambio para mejor y un propósito más grande al lado de aliados que están dispuestos a dar la vida por sus ideales.