En el mundo ficticio de Fullmetal Alchemist, la alquimia es una práctica común utilizada para manipular la materia y crear cosas nuevas. Este fenómeno es visto como una forma de ciencia, pero también tiene una fuerte conexión con la magia y la energía natural que se encuentra en cada persona. La alquimia en Fullmetal Alchemist le permite a una persona capacitada en su uso, manipular la materia y la energía, modificando los elementos ya existentes en su entorno o dando pie a la construcción de unos totalmente nuevos. Esta técnica no está a disposición de cualquier individuo, pues este debe tener afinidad con alguna clase de energía, además de entender los principios fundamentales de la ciencia.

Todo este proceso parte de una limitación muy marcada a lo largo de toda la serie, conocida como “Ley del intercambio equivalente”. La cual, establece que para producir algo nuevo, se debe sacrificar algo del mismo valor. Por ejemplo, si se busca crear una mesa, se necesita sacrificar una cierta cantidad de madera, ya sea en sillas o utilizando el propio material. A lo largo de este artículo, exploraremos cómo funciona la alquimia en Fullmetal Alchemist y de donde viene…

Fases de la alquimia en Fullmetal Alchemist

Probablemente, uno de los fenómenos más complejos, el proceso para llevar a cabo la alquimia en Full Metal Alchemist es denominado como “transmutación”, lo que permite descomponer la materia en su forma más básica y reconstruirla en algo nuevo. Para iniciar dicho proceso se requiere de círculos de transmutación, los cuales representan diferentes elementos y principios de la alquimia, una vez completo, se activa por medio del tacto o incluso a través de la energía del usuario. La secuencia de transmutación se describe de la siguiente forma:

  • Entendimiento: Se cree que todo en el mundo está formado por al menos uno de los por cuatro elementos básicos: tierra, agua, fuego y aire. Un alquimista debe saber como dichos elementos interactúan y se combinan en la composición atómica y molecular de cada material.
  • Descomposición: Implica la destrucción de un objeto o sustancia en sus elementos básicos, deconstruirlo para tener a disposición sus partes más simples.
  • Reconstrucción: Finalmente, a través de sus partes más simples, el material inicial puede ser transformado en algo totalmente nuevo. Por ejemplo, el coronel Louis Armstrong utiliza la energía cinética y su conocimiento para modificar las propiedades físicas del ambiente, destruyendo estructuras con un solo puñetazo o levantando grandes muros de piedra.

Aquellos que practican la alquimia en Fullmetal Alchemist son denominados como alquimistas, gozando de un buen estatus dentro de la sociedad. Además, no solo existe el camino de los cuatro elementos básicos, aunque menos conocidos, también están los tres principios esenciales: sal, azufre y mercurio, los cuales funcionan de la misma manera.

Los orígenes de la alquimia en Fullmetal Alchemist

Sin lugar a dudas, una de las cuestiones más misteriosas del anime, el origen de la alquimia en Fullmetal Alchemist está sujeto al formato y edición del que hablemos, ya que las versiones del anime de 2003 y 2009 nos dan explicaciones diferentes. No obstante, para no crear confusiones, aquel que se ha tomado hasta ahora como canon es el mostrado en el manga.

La Alquimia De Fullmetal Alchemist

Aquí, se cuenta que la alquimia de Fullmetal Alchemist se originó hace muchos siglos en varias naciones, conocidas como Amestris, Xing y Xerxes, siendo este último la más importante de ellas. El nombre de su creador nunca es mencionado en la serie, sin embargo, sí que se conoce a aquel que perfecciono la técnica en su totalidad, un homúnculo con el nombre clave de Padre, producto del primer acto de transmutación en la historia.

Posteriormente, este homúnculo se trasladaría a Amestris, donde adopta el nombre de Hohenheim, comparte y desarrolla sus conocimientos y, en cierto punto, se convierte en el padre adoptivo de los hermanos Elric. Van Hohenheim acaba teniendo un papel fundamental dentro de la serie, presentándose incluso en cierto punto como un enemigo de sus propios hijos, gracias a su obsesión con la piedra filosofal.